La deuda social que a nivel educativo mantenía la República Bolivariana de Venezuela con el pueblo, obligó al Gobierno Nacional a implementar planes educativos de emergencia que pudieran saldar este compromiso.
La Misión Ribas ha sido concebida como el medio que pretende lograr que aquellos excluídos que no pudieron culminar estudios de secundaría puedan hacerlo con el fin de que se hagan acreedores del título de bachiller.
Sin embargo, los estudios que brinda la Misión Ribas no está dirigida a la pura formación tecnocrática del estudiante.
Su principal objetivo es integrar al ciudadano al contexto social en que vive, perfilándolo de manera integral con una amplia sensibilidad que le permita captar las necesidades de su comunidad y resolverlas. Se enfatiza, entonces, en el lado humano y los valores que durante décadas han sido descuidadas por la educación convencional.
El record de estudio de la Misión Ribas establece cuatro dimensiones dentro de la cuales será evaluado el estudiante: Ser, Hacer, Convivir y Conocer. Cada una de estas dimensiones busca el desarrollo de los valores humanos en primer plano sin descuidar el debido régimen académico.
Dentro de la Misión Ribas el régimen numérico de evaluación ha desaparecido y se han instaurados categorías que tienen carácter cualitativo. Estas categorías son: "Iniciado", "En Proceso", "Avanzado" y "Consolidado". El nivel "Consolidado" establece que el estudiante (al que llamaremos vencedor) ha logrado cumplir todos los objetivos y/o metas planteadas, mientras que en el otro extremo tenemos la categoría "Iniciado" que plantea que el vencedor puede aportar más de lo que ha dado hasta el momento.
Las calificaciones no son asignadas en base a exámenes, sino en base a trabajos independientes, intervenciones, responsabilidad, comportamiento en el aula, y todo aquello que permita verificar el desarrollo no sólo académco sino humano del individuo.
La participación del vencedor en la evaluación es indispensable, por lo que el mismo debe hacer una auto evaluación que será presentada en una reunión llamada Asamblea Comunitaria. Entonces el facilitador anunciará su parecer en cuanto a cual debe ser la calificación. De no haber coincidencia, entonces otros cinco vencedores determinarán con los debidos argumentos cual es la categoría más apropiada. A este proceso se le denomina coevaluación. De esta manera se deja en las manos del grupo la decisión final, lo cual está dentro del espiritú participativo que quiere inculcar la Misión Ribas.
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